El Senado provincial aprobó una ley que establece multas que van de 300 hasta seis mil pesos para los locales que no instalen filtros en sus computadoras.
El filtro que exige la ley es un programa de computación que impide el despliegue de un determinado tipo de información, según la configuración aplicada. Los comerciantes podrán optar por un software que bloquee directamente sitios pornográficos o impida la lectura de páginas con determinadas palabras e imágenes. Ferrari aseguró que "la ley no será una carga económica para los dueños de estos locales, pues muchos de esos filtros son gratuitos".
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