27 mayo 2007

El diskette del siglo XXI: las llaves y tarjetas de memoria

os modernos pendrives ganan terreno para almacenar datos



El diskette parecía eterno, intocable. Cuando todo lo demás fallaba, allí estaba, humilde pero intachable, para arrancar la máquina o transportar datos. El CD y el DVD, acrílicos y modernos, no pudieron con él. Ni tampoco Internet. El diskette nunca se desconectaba ni daba ocupado. Inesperadamente, sin embargo, al diskette también le salió la jubilación.

Hablamos, claro, de las llaves de memoria o pendrives . Estos dispositivos se basan en microchips, no utilizan partes móviles, son tan fáciles de usar como los diskettes y no imponen las dificultades del CD. A la vez, pueden almacenar tanto como un CD; algunos, mucho más. Un pendrive de 2 gigabytes (unos 150 pesos) equivale a 1400 diskettes, es decir, una columna de floppies de casi tres metros de altura.

Popular pero sensible, el diskette podía dañarse con cierta facilidad. Su principal contrincante eran los campos magnéticos. Es célebre la historia de esa empresa que lanzó al mercado un estuche para diskettes que se adosaba al monitor de la PC. Quebró. Los monitores son potentes fuentes de campos magnéticos. Además, grabados los datos sobre una superficie de plástico recubierta de óxido metálico, las pistas con información quedaban literalmente expuestas a los elementos.

Las llaves de memoria, en cambio, tienen una duración de alrededor de 10 años, lo que no es poco. Los discos rígidos para PC ofrecen hoy unas mil veces más capacidad que hace una década.

Sigue..

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